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La escultura de María Lionza viajó 320 kilómetros desde un galpón de la Ciudad Universitaria, en Caracas, hasta el sector Quibayo, la entrada al Monumento Natural Cerro María Lionza, ubicado en el estado Yaracuy, y de allí al altar mayor de “Su majestad, la Reina”, como le dicen los cultores. El Instituto de Patrimonio Cultural se saltó los procesos de custodia por medio de un informe emitido por un ingeniero de la UCV, y sacó la obra de madrugada. Copred aún espera a que la Facultad de Ingeniería de la misma universidad le responda sus solicitudes de información
“Eso fue una orden presidencial”. Como muchas decisiones que se toman en Venezuela, la extracción y traslado de la estatua de María Lionza, obra del escultor Alejandro Colina (1901-1976), contó con la anuencia del mandatario Nicolás Maduro tras la insistencia de cultores y la Federación Venezolana de Espiritismo. Por lo que de manera expedita se articularon el Despacho de la Presidencia, el Ministerio de Cultura, el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) y la Gobernación de Yaracuy para cumplir la promesa "de honrar este culto" y a la comunidad de Quibayo, pueblo de entrada al monumento natural que lleva el nombre de la diosa venezolana.
La salida de María Lionza de la Ciudad Universitaria y su puesta en Quibayo fue una cadena de entuertos -preparada silenciosamente por instituciones del Estado- que madrugó a la Universidad Central de Venezuela (UCV). Entre ellos la supuesta restauración de la obra, tras un informe del Instituto de Materiales y Modelos Estructurales firmado por un ingeniero de la propia casa de estudios, la denuncia a destiempo de la extracción de la escultura y la nula atención a solicitudes de reuniones para acordar la reubicación.
Esta obra de Alejandro Colina no ha estado exenta de polémica. Encargada por el dictador Marcos Pérez Jiménez para ser utilizada en 1951 como pebetero de los Juegos Bolivarianos, se trasladó desde la “plaza de los estadios” a una sección de la autopista Francisco Fajardo en 1964. Desde entonces pasó a formar parte del imaginario cultural de la ciudad.
Legalmente, la Universidad Central de Venezuela es propietaria de la pieza, como fue reconocido en la sentencia 1.106 del 8 de junio de 2004 emitida por el Tribunal Supremo de Justicia.
Lo que la diferencia -al igual que a Conductores de Venezuela, de Pedro León Zapata- del resto de las obras en posesión de la UCV es que no entró en el catálogo de síntesis de las artes, debido a que no estaban incluidas en el proyecto original de Carlos Raúl Villanueva para la Ciudad Universitaria.
En 2004, por insistencia de la Alcaldía de Caracas al mando de Freddy Bernal, se tomó como molde para elaborar su réplica. El 2 de junio, en medio de las labores, la pieza se fracturó a la mitad.
Cuatro días más tarde, el Tribunal Supremo de Justicia en la sentencia 1.106 reconoció la propiedad de la Universidad Central de Venezuela sobre la escultura de María Lionza. Esto en respuesta a una demanda particular sobre supuestas pretensiones de su traslado a otro lugar de la ciudad.
Ese mismo año se trasladó a un galpón dentro de la UCV, cercano a la hacienda Ibarra, y se inició su restauración a cargo del experto Fernando de Tovar, el Consejo de Preservación y Desarrollo (Copred) de la UCV, Fundapatrimonio y la Fundación Alejandro Colina.
La réplica, elaborada en plexiglás, pasó a ocupar el pedestal de la autopista en Caracas -se pensó que temporalmente- y la original estuvo resguardada luego de ser restaurada dentro del galpón de la UCV en espera de una reubicación, que finalmente se concretó 18 años después pero hasta un destino 320 kilómetros más lejos.
En un escrito del Instituto de Patrimonio Cultural, fechado el 4 de octubre y publicado en el medio estatal Venezolana de Televisión , se comunicó una medida «de protección y conservación urgente» para salvaguardar la integridad de la efigie. "Esto pone fin a la situación de abandono en la que se hallaba desde hace casi 20 años este bien cultural excepcional. La obra, con visibles signos de deterioro, estuvo virtualmente secuestrada sin las condiciones adecuadas para su preservación", aseguró el IPC.
El director de Copred, el arquitecto Pablo Molina, asegura que son “torpezas” del IPC alegar supuestos daños pero no restaurar la obra, sino trasladarla en un viaje que pudo ocasionar más perjuicios al instalarla. “Tampoco instalaron un taller para restaurarla. Entonces no estaba en mal estado”.
Afirma que María Lionza era revisada de forma periódica por ingenieros para evaluar su estado, y que estaba en semi intemperie y por tanto tenía porosidades características de una escultura hecha para estar expuesta a los elementos.
A juicio de Molina, no era buena idea trasladar la estatua a la autopista o que estuviese tanto tiempo guardada dentro de un galpón. “Pero había una orden de un tribunal de trasladarla a ese lugar (el islote de la Francisco Fajardo)”, que no fue cumplida por las instituciones correspondientes.
Epifanio Ochoa, autoridad única en cultura del estado Yaracuy, afirma que la Gobernación se hará cargo -bajo lineamientos del Instituto de Patrimonio Cultural- del mantenimiento regular de la efigie al igual que las labores de conservación. “Nosotros estamos esperando las orientaciones por escrito y precisas sobre ese tema”.
Para este reportaje se contactó en varias oportunidades a la directora del IPC, Dinorah Figuera, para consultarle sobre el tema, pero no se obtuvo respuesta. También se envió una solicitud de información al ministro de Cultura Ernesto Villegas que no había sido contestada al momento de publicar esta nota.
El viaje
Todo empieza en Quibayo, una zona rural del estado Yaracuy donde viven 46 familias asentadas varios años antes de que se decretara la montaña de Sorte como Monumento Natural (18 de marzo de 1960).
El 6 de septiembre de 2022 se presentó una comisión encabezada por el ministro de Cultura Ernesto Villegas, y el ministro de Despacho de la Presidencia Jorge Elieser Márquez. Con proyecto en mano, los funcionarios le consultaron a los habitantes si estaban de acuerdo en recibir la réplica para poder situar la escultura original de Alejandro Colina en la autopista, el lugar donde había sido instalada 58 años antes.
Pero los vecinos insistieron en que querían la original y ratificaron su respuesta “en medio de una fuerte ventisca”, comentó uno de los habitantes de Quibayo que pidió resguardar su identidad.
De inmediato se le comunicó la respuesta a Nicolás Maduro a través de una videollamada. A partir de allí se movilizaron recursos para iniciar la construcción de la plaza que serviría como nuevo lugar de destino.
Mientras tanto, desde las oficinas en Caracas del Instituto de Patrimonio Cultural se tomaban las previsiones del caso: se construyó una estructura metálica alrededor de la escultura días antes de su traslado, que se rellenó de poliestireno, y se agregó peso para disminuir la vibración por los baches de la carretera por donde iba a transitar.
En la madrugada del 2 de octubre, la estatua de María Lionza, acostada en la carga de un camión rojo sin identificación y cubierta con lonas, salió del galpón de la hacienda Ibarra en la Ciudad Universitaria a través de una calle de servicio que desemboca hacia el río Guaire, tomó la Autopista Regional del Centro, y luego la autopista Rafael Caldera -rebautizada en 2009 como Cimarrón Andresote- hasta llegar a San Felipe, la capital del estado Yaracuy.
En un galpón dispuesto por la Gobernación de ese estado se hizo una revisión, que incluyó rayos X, para descartar que hubiese sufrido daños durante el traslado.
Dentro de la Universidad Central de Venezuela, el personal de vigilancia fue el primero en constatar la falta de María Lionza. Se hicieron varias llamadas y se advirtió tanto a la Dirección de Seguridad y Custodia como a la Dirección de Mantenimiento sobre la “extracción”.
La UCV hizo la denuncia pública el 3 de octubre ante la División Contra Hurtos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), un día después de que efectivamente la estatua había sido sacada del lugar con toda la parafernalia y exigencias técnicas -movimiento de personal e ingreso de material pesado, una grúa e iluminación- que requiere la movilización de una estructura de 6,7 metros de alto.
El 4 de octubre María Lionza fue recibida en su nuevo hogar en medio de tambores y cantos dedicados a la diosa. La algarabía de los cultores, algunos incluso vestidos de tricolor, fue tanta que se descorcharon algunas botellas de espumante. El pedestal, parte del piso y la cerca que la rodea fueron culminados tan solo días antes del traslado. El resto de los trabajos -terminar el piso, jardines y caminerías- se culminaron justo a tiempo para la inauguración.
El 6 de octubre se hizo el desmontaje en la nueva plaza, un trabajo que duró 30 minutos y se hizo en medio “de una fuerte brisa y agua proveniente de la montaña”, según narraron los habitantes de Quibayo. Hasta ese mismo día esperó el Instituto de Patrimonio Cultural para confirmar públicamente y mediante un comunicado el traslado de la obra.
“Para nosotros es un reconocimiento de que existe esta comunidad. Esta es una representación iconográfica de nuestra cultura y fe. Nuestro culto está protegido y consagrado por la Constitución en su artículo 59. Nosotros debemos defender la espiritualidad, en lo que nosotros creemos. Esa es nuestra esencia”, dice Wendy Navarro, representante espiritual de Quibayo.
La plaza dispuesta en honor a “Su majestad, la Reina”, como le dicen los cultores, tiene dos placas, una de ellas con palabras de Nicolás Maduro donde resalta la frase final: “La revolución la ha liberado”.
Ahora la efigie reposa sobre un pedestal de tres metros de altura recubierto de granito, rodeado por una cerca y el piso es una estrella de ocho puntas que representan las ocho provincias venezolanas.
El 9 de octubre en la mañana, finalmente se dio a conocer de manera oficial el nuevo lugar de reposo de la estatua. En el acto transmitido por Venezolana de Televisión -anunciado la tarde del día anterior a la comunidad de Quibayo- participaron los ministros Ernesto Villegas y Freddy Ñáñez, además del gobernador de Yaracuy, Julio León Heredia.
La estatua encerrada
1. La escultura de María Lionza, obra de Alejandro Colina, amaneció partida el 2 de junio de 2004 tras unos trabajos para obtener una réplica, ordenados por la Alcaldía de Caracas | Blog Fernando de Tovar
1. La escultura de María Lionza, obra de Alejandro Colina, amaneció partida el 2 de junio de 2004 tras unos trabajos para obtener una réplica, ordenados por la Alcaldía de Caracas | Blog Fernando de Tovar
2. La estatua fue llevada ese año a un galpón de la UCV para su restauración 3. El equipo restaurador estaba liderado por Fernando de Tovar y participó personal de Copred, Fundapatrimonio y la Fundación Alejandro Colina | Blog Fernando de Tovar
2. La estatua fue llevada ese año a un galpón de la UCV para su restauración 3. El equipo restaurador estaba liderado por Fernando de Tovar y participó personal de Copred, Fundapatrimonio y la Fundación Alejandro Colina | Blog Fernando de Tovar
4. La escultura de María Lionza también sufrió daños en la cara, los muslos y la parte inferior que corresponde a las patas de la danta | Blog Fernando de Tovar
4. La escultura de María Lionza también sufrió daños en la cara, los muslos y la parte inferior que corresponde a las patas de la danta | Blog Fernando de Tovar
5. La pieza se partió en el torso | Blog Fernando de Tovar
5. La pieza se partió en el torso | Blog Fernando de Tovar
6. Uno de los planos donde se evaluó la composición del material de cual está hecho la pieza | Blog Fernando de Tovar
6. Uno de los planos donde se evaluó la composición del material de cual está hecho la pieza | Blog Fernando de Tovar
7. El restaurador Fernando de Tovar evalúa los daños en la pieza. Se hizo una nueva mezcla de materiales y se reforzó la estructura interna con fibra de carbono para darle mayor soporte | Blog Fernando de Tovar
7. El restaurador Fernando de Tovar evalúa los daños en la pieza. Se hizo una nueva mezcla de materiales y se reforzó la estructura interna con fibra de carbono para darle mayor soporte | Blog Fernando de Tovar
8. Dentro del galpón se usó un sistema de poleas para elevar el torso y unirlo al resto de la pieza 9. Desde 2008, la estatua reposaba en un galpón de la Dirección de Mantenimiento de la UCV, en la zona colindante con la Casona Ibarra | Blog Fernando de Tovar
8. Dentro del galpón se usó un sistema de poleas para elevar el torso y unirlo al resto de la pieza 9. Desde 2008, la estatua reposaba en un galpón de la Dirección de Mantenimiento de la UCV, en la zona colindante con la Casona Ibarra | Blog Fernando de Tovar
10. Los restauradores hicieron los resanes para ultimar detalles y aplicaron un aditivo hidrorepelente | Blog Fernando de Tovar
10. Los restauradores hicieron los resanes para ultimar detalles y aplicaron un aditivo hidrorepelente | Blog Fernando de Tovar
1. La escultura de María Lionza, obra de Alejandro Colina, amaneció partida el 2 de junio de 2004 tras unos trabajos para obtener una réplica, ordenados por la Alcaldía de Caracas 2. Uno de los planos donde se evaluó la composición del material de cual está hecho la pieza | Blog Fernando de Tovar
1. La escultura de María Lionza, obra de Alejandro Colina, amaneció partida el 2 de junio de 2004 tras unos trabajos para obtener una réplica, ordenados por la Alcaldía de Caracas 2. Uno de los planos donde se evaluó la composición del material de cual está hecho la pieza | Blog Fernando de Tovar
3. La estatua fue llevada ese año a un galpón de la UCV para su restauración | Blog Fernando de Tovar
3. La estatua fue llevada ese año a un galpón de la UCV para su restauración | Blog Fernando de Tovar
4. El equipo restaurador estaba liderado por Fernando de Tovar y participó personal de Copred, Fundapatrimonio y la Fundación Alejandro Colina | Blog Fernando de Tovar
4. El equipo restaurador estaba liderado por Fernando de Tovar y participó personal de Copred, Fundapatrimonio y la Fundación Alejandro Colina | Blog Fernando de Tovar
5. La escultura de María Lionza también sufrió daños en la cara, los muslos y la parte inferior que corresponde a las patas de la danta 6. La pieza se partió en el torso | Blog Fernando de Tovar
5. La escultura de María Lionza también sufrió daños en la cara, los muslos y la parte inferior que corresponde a las patas de la danta 6. La pieza se partió en el torso | Blog Fernando de Tovar
7. El restaurador Fernando de Tovar evalúa los daños en la pieza. Se hizo una nueva mezcla de materiales y se reforzó la estructura interna con fibra de carbono para darle mayor soporte 8. Los restauradores hicieron los resanes para ultimar detalles y aplicaron un aditivo hidrorepelente | Blog Fernando de Tovar
7. El restaurador Fernando de Tovar evalúa los daños en la pieza. Se hizo una nueva mezcla de materiales y se reforzó la estructura interna con fibra de carbono para darle mayor soporte 8. Los restauradores hicieron los resanes para ultimar detalles y aplicaron un aditivo hidrorepelente | Blog Fernando de Tovar
9. Los restauradores hicieron los resanes para ultimar detalles y aplicaron un aditivo hidrorepelente | Blog Fernando de Tovar
9. Los restauradores hicieron los resanes para ultimar detalles y aplicaron un aditivo hidrorepelente | Blog Fernando de Tovar
10. Desde 2008, la estatua restaurada reposaba en un galpón de la Dirección de Mantenimiento de la UC, en la zona colindante con la Casona Ibarra | Blog Fernando de Tovar
10. Desde 2008, la estatua restaurada reposaba en un galpón de la Dirección de Mantenimiento de la UC, en la zona colindante con la Casona Ibarra | Blog Fernando de Tovar
La dueña
Una semana antes de la extracción de la escultura, se observaron lo que el director de Copred calificó como “movimientos extraños” alrededor de María Lionza. Pablo Molina explicó que Copred hizo un requerimiento de información al Instituto de Patrimonio Cultural, que confirmó que eran “restauradores que iban a realizar unos trabajos”.
“Pero los trabajos de restauración los tenemos que hacer nosotros, Copred, que somos el gestor de sitio. Es decir, nosotros somos los gerentes de cualquier sitio en cuanto a la preservación y al desarrollo. Eso no fue un capricho de la Universidad, eso no es que a un rector se le ocurrió, sino que es un lineamiento de la Unesco”, expresa Molina.
El IPC además envió un informe vía captura fotográfica y por Whatsapp, firmado por un ingeniero y con membrete del Instituto de Materiales y Modelos Estructurales (IMME) de la Facultad de Ingeniería de la UCV.
“Ahí empieza la irregularidad porque no llegó nunca en físico. Un informe además que está firmado por una persona que nadie conocía. Tuvimos que investigar y es un ingeniero. Pero, ¿qué hace un ingeniero evaluando una obra de arte? Es raro. ¿Está calificado?, ¿dónde está el currículum?”, se pregunta el director de Copred.
En la captura fotográfica tampoco sale el sello del IMME. Molina explica que, por lo general, cuando este instituto hace alguna evaluación a solicitud de Copred se envían dos copias, una al rectorado y una al Consejo firmadas por su director.
Desde el Consejo de Preservación se consultó a la Facultad de Ingeniería y al Instituto de Materiales sobre quién había ordenado la elaboración de un informe de daños y por qué no se le consultó a Copred como ente encargado de preservación. Silencio es la respuesta que hasta ahora han obtenido.
También se enviaron varios recaudos para iniciar una investigación directa sobre el ingeniero que elabora el informe que esgrime el Instituto de Patrimonio Cultural. Tampoco han recibido respuesta.
“Nosotros nos manejamos desde un criterio estrictamente técnico, que tiene cuatro vertientes contundentes: la propiedad de la obra es de la UCV, por medio de una sentencia del Tribunal Supremo; el sitio de la autopista fue autorizado por el creador, tenemos los planos firmados por él; tenemos las comunicaciones hacia la Alcaldía de Libertador, la última en 2015, para coparticipar en el traslado de la obra; la sentencia del TSJ está vigente pero alguien la violó, y no fuimos nosotros”, dice Pablo Molina.
Mervin Ortega, asesor jurídico de la UCV, señala que la casa de estudios mantiene la denuncia interpuesta el 3 de octubre ante la División Contra Hurtos del Cicpc, pero hasta la fecha “no hemos recibido información alguna sobre la inspección realizada y los avances en la investigación”.
Una fuente interna del Cicpc dijo a periodistas de ARI que efectivamente habían recibido la denuncia, pero también recibieron una orden de superiores que les indicaba: “eso se queda así”.
Pese al escenario del estado de derecho venezolano, dice el asesor jurídico de la UCV, “la universidad no renuncia a la institucionalidad y a la defensa de los derechos y prerrogativas establecidas en el ordenamiento jurídico”, aunque toman en cuenta lo que ha ocurrido con las acciones administrativas y judiciales que se han ejercido ante el Tribunal Supremo de Justicia por el llamado instructivo Onapre, “que se encuentran paralizadas o son declarados inadmisibles”.
Frente a este planteamiento, Richard Pérez, presidente de la Federación Venezolana de Espiritismo y uno de los principales impulsores del traslado, pide que la rectora de la UCV Cecilia García Arocha sea consultada directamente sobre lo que él califica como “supuesto robo”.
“Que le pregunten a la rectora, que se niega a dar entrevistas, por qué ella se negó a abrir el portón para que la sacaran por la puerta grande. ¿Cómo se explica que una imagen que mide más de cinco metros de altura y pesa cinco toneladas se la roban y nadie vio? ¿Cómo se explica eso?”, exppone.
Asegura, además, que les cerraron “la puerta en la cara” ante cada solicitud hecha este año para acordar una reubicación de María Lionza. “No nos dejaron entrar. Nunca hablamos con ella (García Arocha) directamente, nunca nos dejaron pasar de la portería hacia adentro”.
Considera que toda la situación formaba parte de un tema político “entre oposición y gobierno, y pusieron a María Lionza en medio de esos problemas de poder”.
La rectora Cecilia García Arocha, ante una solicitud de entrevista de TalCual, se excusó de declarar sobre el tema debido a cuestiones de salud que ameritaron una cirugía menor por la cual debía guardar reposo. Remitió como voceros al director de Copred, al asesor jurídico de la UCV y al director de Mantenimiento, el ingeniero Félix Bellorín, quien interpuso la denuncia ante el Cicpc.
Desde Copred, Pablo Molina dice que no tienen constancia escrita sobre solicitudes de reunión para tratar el traslado de la pieza. “Lo primero que hubiera hecho el rectorado es transmitirlo a Copred, como custodio de la obra. De ahí se hace una evaluación, se hubiese propuesto una mesa técnica para discutir una reubicación”.
Una posibilidad para resolver el asunto de dónde pudiera reposar la efigie, asoma el director de Copred, es que la UCV donara la estatua a algún grupo que la reclamase. Pero esa decisión debía contar con la aprobación de la Fundación Alejandro Colina, como custodios de todas las obras del escultor.
De ser el caso también se tendría que haber iniciado una acción de amparo en tribunales para revocar la sentencia que ordenaba su traslado al pedestal de la autopista. “Hay métodos de convivencia institucional y nosotros no podemos obviar esos métodos. Repito, no estaba en el ánimo de Copred que la obra permaneciera encerrada, pero hay métodos y fue el Gobierno quien obvió una sentencia de la Sala Constitucional”, afirma Molina.
El culto
De las 11.933 hectáreas que componen el monumento natural Cerro María Lionza solo siete están habilitadas para las prácticas del culto a esta suerte de Temis venezolana.
Dependiendo de la creencia del cultor, María Lionza es una sola deidad o tiene dualidad, explica Alexander Gómez, “marialioncero” desde hace 30 años. Existe la leyenda de la india obligada a ocultarse en la montaña de Sorte por el asedio de los españoles, que representa bondad y sanación. También está María de la Onza, “la Doña”, relacionada a la justicia y el orden de Dios en la tierra.
En todo caso, el mito y culto a María Lionza es una creación “paradójicamente genuina e híbrida, que incorpora contenidos de diferentes procedencias y se emparenta con los mitos centrados en la imagen de Madre y Diosa”, según la antropóloga e historiadora Ocarina Castillo en su investigación Los grandes mitos y cultos populares.
En todo caso, el mito y culto a María Lionza es una creación “paradójicamente genuina e híbrida, que incorpora contenidos de diferentes procedencias y se emparenta con los mitos centrados en la imagen de Madre y Diosa”, según la antropóloga e historiadora Ocarina Castillo en su investigación Los grandes mitos y cultos populares.
La leyenda de “Su majestad, la Reina” se esparció a partir del siglo XIX, escribe Castillo, pero su origen se puede remontar hasta el siglo XV.
María Lionza es la figura principal de su corte, como se denomina a un conjunto de deidades o espíritus. La acompañan Guaicaipuro, otro cacique indígena, y el Negro Felipe, surgido del hecho independentista al igual que el Negro Primero.
Para pedir favores, ya sea en cuanto a salud, trabajo o mejoras económicas y espirituales, se utilizan como medios el tabaco y las velas.
Wendy Navarro cree que el culto a María Lionza, y en general el espiritismo, se evalúa desde el desconocimiento. La mayoría de los cultores son católicos y celebran la Semana Santa.
“Estas son energías, es constancia y perseverancia. No es que con prender una vela se nos van a cumplir los deseos. Nosotros somos seres humanos como cualquiera, solo que algunos desarrollamos nuestros dones más que los otros”, señala.
En particular hay dos celebraciones relacionadas a María Lionza. La primera es el "baile en candela", que ocurre durante la madrugada del 12 de octubre: una ceremonia donde solo los conectados con la corte indígena o africana pueden caminar sobre brasas ardientes. La segunda es el “día de la Doña”, cuando se piden favores particulares a María de la Onza, y se celebra el 19 de noviembre.
Pero no solo de espíritu vive el hombre. El traslado de María Lionza, la escultura original, elevó aún más el perfil del culto. Y el primer cambio tangible fue que para celebrar el "baile en candela" de este año, los cultores tuvieron que pagar dos petros, equivalentes a 120 dólares, debido a una nueva providencia administrativa emitida por Inparques, según denunció Richard Pérez desde la Federación de Espiritismo.
“Nosotros no recibimos lucro ni cobramos entrada, todo es por autogestión. Solo este año se recibió apoyo de la Gobernación de Yaracuy con luces y sonido para el baile. Tememos que en un futuro tengamos que pagar hasta por fumarse un tabaco, pero a la Iglesia Católica nada se le cobra. Que el ministro (de Ecosocialismo y presidente de Inparques) Josué Lorca nos responda por qué nos hicieron pagar este monto, porque la firma que aparece es la de él”.
Aún así, considera que el traslado de la escultura es una reivindicación. “El presidente de la República ha decidido reivindicar nuestra religión autóctona, porque no es como dicen los cristianos que (María Lionza) es un demonio, que Guaicaipuro o Negro Primero son unos demonios. Su figura reivindica a nuestros pueblos indígenas”.
Créditos
Coordinación:
Gabriela Rojas
Texto:
Luisa Quintero
Edición de texto:
Gabriela Rojas y Víctor Amaya
Fotografías:
Luisa Quintero, Archivo Fernando Tovar Conservación y Restauración, Archivo del blog Cuéntame Caracas, Archivo UCV
Diseño e infografías:
Carlenys Zapata y Elsy Torres
Videos:
Luis Olaizola y Yaracuy al Día
Redes:
Emily Placencia, Nairobi Lara, Nair García y Luis Miquilena
NOVIEMBRE 2022