De médicos
a pacientes,
de pacientes
a cifras rojas
De médicos
a pacientes,
de pacientes
a cifras rojas
Por Gitanjali Wolfermann
Desde el 16 de junio de 2020, fecha en la que falleció el primer médico venezolano en el estado Zulia, la ONG Médicos Unidos de Venezuela (MUV) comenzó a llevar una estadística para reflejar las muertes por COVID-19 de los miembros del gremio de la salud.
La iniciativa de esta ONG respondió a una razón concreta: las muertes del personal de salud no estaban incluidas en los reportes oficiales emitidos cada día por el Gobierno venezolano.
En contraste con la opacidad de la información oficial sobre las muertes por COVID-19, la ONG ha compartido mes a mes un listado en el que identifican a los profesionales de la salud víctimas de la pandemia.
Con base en ese registro público, Runrunes creó un espacio que presenta fotos acompañadas de una breve biografía, de cada uno de los profesionales de la salud que han perdido su vida debido al COVID-19.
Hasta el 08 de marzo de 2021, la organización ha incluido en su estadística a 354 trabajadores de la salud, entre ellos médicos, enfermeros, camilleros, personal administrativo hospitalario y odontólogos. Esa cifra representa el 25,45% del total oficial de muertes en el país. Con ese porcentaje, el personal de salud venezolano sería por mucho el más afectado por la pandemia en la región.
Una encuesta realizada por dicha ONG en octubre de 2020, evidenció que más de 70% del personal de salud venezolano presenta síntomas de ansiedad y depresión, como consecuencia de los retos y riesgos que impuso el virus en la rutina de unos centros hospitalarios que no estaban preparados para esta pandemia.
“Desde principios del 2020 veía con mucha preocupación cómo en el mundo entero se reportaban los casos de este terrible virus, porque sabía en qué situación estaba el sector salud en toda Venezuela, y en particular en el estado Anzoátegui. Me preocupaba que no se estaban realizando planes ni programas por parte de los entes gubernamentales para prepararnos para afrontar la pandemia”, contó a Runrunes Belkis Rodríguez Salázar, médico de un hospital público en el estado Anzoátegui.
El temor de ser el próximo contagiado, o de ser el vector que lleve el virus a casa, es la principal preocupación de los galenos venezolanos. Runrunes recopiló testimonios de médicos y enfermeros que laboran en los estados más afectados, y todos dejan ver el profundo impacto psicológico de la pandemia en este sector.
Que en Venezuela hayan fallecido 354 miembros del personal de salud no hace sino reforzar las dudas sobre las inconsistencias de los datos oficiales. La sobrerrepresentación de este personal en las muertes por COVID-19 en Venezuela podría verse como el canario en lo profundo de la mina, cuya muerte debería alertar sobre la existencia de una situación peligrosa.