En una comunidad popular de Caracas, varios padres preocupados por la educación de sus hijos, decidieron idear una fórmula que les permitiera ofrecer un acompañamiento en la educación de los niños cuando las escuelas cerraron por la pandemia. Cuatro años han pasado desde aquella chispa de ingenio: hoy cuentan con 15 casas que también son escuelas ㅡcasaescuelasㅡ donde han atendido a más de 400 niños, con un objetivo claro: alejarlos de la violencia e impulsarlos a pensar en el futuro

Por Katherine Donna

Camila tiene 13 años y cursa segundo año de bachillerato en un liceo público de la parroquia de Petare, en el estado Miranda, donde solo tiene clases dos días de la semana. Esas pocas horas académicas suelen cargarla de mucho contenido, pero pocas explicaciones.

Esta adolescente siente que su corta vida cambió cuando comenzó a asistir a las tareas dirigidas de la educadora Yasmín Castro, en el sector 1° de Noviembre de esta popular localidad caraqueña y una de las barriadas más grandes de Latinoamérica, de largas escaleras que se pierden en el cielo. 

«Empecé a entender las cosas que veía en clases», confiesa orgullosa mientras recuerda lo difícil que era comprender las lecciones de las guías que los profesores le entregaban durante la pandemia, inclusive, cuando retomaron las aulas.

Con una enorme sonrisa, Camila cuenta que ahora sus notas son puros 20 gracias a los refuerzos educativos que realiza la maestra Yasmín cuatro días a la semana durante dos horas. Este proyecto forma parte de la Red Descargando Futuro, un programa impulsado por la organización Zona de Descarga.

Ana Milena Muñoz , Yasmín Castro, Vilma Castro, Marlene Machado, Nereida Castro, Lusmar Lazo, Alejandra Salas, Beatriz Arraiz, Norma Cisneros, Jhoana Hernández, Madeleine Cisneros, Daysi González, Maribel García, Maribel Sosa, Hilda Vázquez son las 15 maestras que abrieron las puertas de sus casas a la Red Descargando Futuro

«Hay niños que llegan sin saber leer y terminan leyendo muy bien», comenta Camila al referirse a las experiencias que ha podido apreciar en el pequeño espacio educativo. Esta niña no es la única beneficiada con este proyecto, pues el pequeño salón azul lo comparte con otros diez niños.

Mientras unos aprenden sobre la escritura y la lectura, su compañera realiza un tríptico; otro estudiante resuelve multiplicaciones y, el más pequeño del grupo, arma su árbol genealógico. Cada uno de ellos cursa un grado distinto. 

El aula de la «profe», como le dicen cariñosamente sus vecinos, era el cuarto de uno de sus hijos mayores, que se mudó del hogar materno para formar su propia familia.  Así como Yasmín, otras educadoras han aprovechado espacios de su casa  —cuartos de sus hijos que emigraron  o  salas— para crear versiones de escuelas. 

Estas casaescuelas no tienen nombres de próceres ni de líderes de la democracia, son  «la casa de la maestra Yasmín», «la casa de la maestra Johana», de la maestra Marlene, Ana, Maribel, Beatriz, Vilma… Ellas viven en estos espacios; y desde estos espacios enseñan a vivir. 

El proyecto nació durante la pandemia de coronavirus en el año 2020, cuando el mundo entró a un confinamiento y las escuelas fueron cerradas con la promesa de ofrecer educación a distancia.

La maestra Castro recuerda cómo este proyecto surgió de la mano de los morochos Jaime y Jimmy Pérez, quienes reunieron a varias docentes de la comunidad para que apoyaran a los niños en ese momento, sobre todo por lo difícil que era tener acceso a los contenidos. 

Los maestros venezolanos han dado suficientes evidencias a lo largo de la historia reciente, de tener plena identificación con el trabajo que realizan… lo cual se ha traducido en un arraigado y fuerte espíritu de servicio y una vocación a toda prueba

Tulio Ramírez, investigador

«El objetivo de Descargando Futuro no es solo tener una casa para las tareas dirigidas, sino mucho más. Trabajamos la parte deportiva, la pintura, tenemos un grupo de niños que van a talleres con el reconocido artista David Petit, y a algunos los hemos llevado a la Universidad Central de Venezuela», relata orgullosa la docente petareña. 

La educadora recuerda que así como en su casa, se han creado otros 14 espacios seguros, distribuidos entre los barrios Isaías Medina Angarita, El Esfuerzo, La Agricultura, El Dorado, José Félix Ribas, Unión, 19 de Abril y 12 de Octubre, de la parroquia petareña. 

Yasmín Castro asegura que han construido espacios de enseñanza, seguros y creativos, de donde los niños no se quieren ir. Recuerda que se unió a este proyecto un mes después de que el Gobierno anunciara el confinamiento por la pandemia, es decir, el 13 de abril de 2020. Comenzó con una mesa plástica y tres sillas en el patio de su casa, una situación que tuvo que cambiar rápidamente puesto que cada día se le acercaban más padres buscando ayuda formativa para sus hijos. 

«Esto hay que transformarlo porque me están llegando muchos muchachos con necesidad y no los puedo tener en el patio», cuenta Castro que comentaba a los papás. Recuerda que sus equipos de trabajo los obtuvo de donaciones espontáneas de la gente que poco a poco les fueron entregando mesas, pizarrones y sillas para acondicionar sus pequeños salones de clase.

«Había niños en tercer grado que no leían; que en quinto y sexto grado no dividían o, simplemente, no sabían la tabla de multiplicar», lamenta la educadora con tristeza. Su metodología de trabajo es sencilla: primero cumplir con las actividades solicitadas en la escuela; y luego, realizar un reforzamiento en las áreas con deficiencias, como lectura, caligrafía y matemáticas.

Yasmín se siente contenta de realizar esta labor porque pone en práctica los conocimientos que adquirió durante sus 20 años como maestra. «Es lo que me gusta y lo que me llena el corazón», asevera.

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Letras por catalinas 

Jimmy Pérez, coordinador General de Zona de Descarga, asegura que unas de las cosas que más lo impulsó a promover este proyecto era que las docentes estaban dispuestas ayudar a los niños aunque los padres no pudieran darle nada a cambio por la labor cumplida. 

La Red Descargando Futuro se sostiene de la venta de catalinas ilustradas, que es el emprendimiento de un amigo de Pérez que se encuentra en Acarigua, estado Portuguesa, y trabaja con mujeres que tienen estrecha relación con Petare. 

«Un dulce criollo con un propósito bien interesante que es la educación», añade. Pérez reconoce que este proyecto solo es posible gracias a la forma en que se integran los padres preocupados por la educación de sus hijos, las maestras comprometidas con la educación y unos niños con ganas de aprender. 

Además de la venta de las catalinas ilustradas, las docentes cobran $5 semanales por cada niño, pero son conscientes de que algunos padres no pueden cubrir estos montos y hacen excepciones. Este aporte es también una ayuda para las educadoras que reciben como salario oficial, al mes, el equivalente a $20, en el mejor de los casos.

Pérez destaca que este proyecto ha beneficiado a 400 niños, quienes mejoraron sus calificaciones en 80 % al incrementar sus puntajes 7 y 14 a calificaciones de 18 puntos.

Existen alianzas que ayudan al proceso educativo, por ejemplo, la Universidad Metropolitana (Unimet) lleva dos años con el proyecto Leo, juego y aprendo, para mejorar la lectura; en ese proyecto están las 129 escuelas de Fe y Alegría

Luisa Pernalete, educadora

Mediante esta convivencia formativa, los niños adquieren destrezas en la lectura, el análisis lógico, el pensamiento crítico y se les anima a continuar sus estudios y pensar en la universidad, alejados de la violencia que con frecuencia se impone en los sectores populares.

También han organizado 45 visitas guiadas al cine y a parques nacionales. Los dirigentes de este proyecto aseguran que su objetivo, de cara al 2025, es aumentar su red a 50 maestras.

Algo similar hace la ONG Otro Enfoque, quienes desde hace seis años lograron que niños en condiciones de calle retomen sus estudios y cursen un bachillerato online en los espacios de la organización. Allí reciben atención multidimensional de la mano de un grupo de expertos con el objetivo de darle un propósito a sus vidas, según comenta una de las fundadoras, Zuly Mejías.

2014 - 2024

10 años de notas
en rojo

Ante el deterioro de la educación en Venezuela, padres y maestros han debido ingeniárselas para ocuparse de la formación de los niños; la Red Descargando Futuro es ejemplo de ello. Las líneas que siguen resumen los últimos 10 años de las materias aplazadas y pendientes del Gobierno nacional con los estudiantes, maestros y profesores venezolanos

2014 | Bajos salarios
de los docentes

Luego de un año de haber asumido el poder (2013), Nicolás Maduro sigue en deuda con los docentes venezolanos. El salario mínimo se ubicaba en 4.251 bolívares, mientras que la canasta básica familiar en 15.919,76 bolívares

Con el paso de los años y más de 35 aumentos salariales, el sueldo mínimo ha subido y bajado, pero no ha superado los $100, según revela el gráfico de Cedice en su trabajo Salarios en Venezuela, el trabajo peor pagado del mundo.

2015 | Opacidad informativa

Raquel Figueroa, coordinadora nacional de la Unidad Democrática del Sector Educativo, aseguró a El Pitazo que la última Memoria y Cuenta a la que tuvo acceso el gremio fue la de 2015. Los últimos nueve años siguientes se caracterizaron por la opacidad informativa y la falta de diagnóstico para aplicar mejores políticas educativas. 

2017 | Modificación
de los planes de estudio

«Los diseños curriculares propuestos para la educación básica y media en los últimos 25 años son elaborados bajo el sesgo ideológico», según cuestionó el académico Tulio Ramírez. 

Los docentes rechazan que los cambios en los planes de estudio se realicen sin revisión, sin sustento académico y sin compartir los datos recogidos, como sucedió en 2017, cuando el ministro de Educación, Elías Jaua, intentó ampliar a 14 las áreas de formación y agregar dos horas de estudio en bachillerato. Al poco tiempo, este proyecto fue suspendido por sus deficiencias. Seis años después, en el año escolar 2023 - 2024, el Ministerio de Educación impuso un nuevo currículum académico que crea el Bachillerato Ciencia y Tecnología, una medida que incluye la especialización técnica en algún oficio. 

Este año cierra con una inflación anual de 862,6 %, según el BCV. El empobrecimiento de los trabajadores de la educación fue evidente. Para 2022 la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela afirmaba que 44 % de los docentes trabajaba en otro oficio o había migrado. Más recientemente, en octubre de 2024, la Federación Venezolana de Maestros (FVM) revela que entre los años 2015 y 2024, alrededor de 1.000 educadores se han marchado del país o han cambiado de oficio.

2018 | Migración de educadores

Entre 2018 y 2021, Venezuela perdió alrededor de 166.000 maestros, lo que representa 25 % de la plantilla registrada para 2018 cuando contaba con 669.000 profesionales. Según reveló el estudio Diagnóstico Educativo Venezolano 2021, realizado por las firmas Anova Policy Research, Devtech Systems y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), actualmente 503.000 educadores integran el sistema educativo venezolano.

De esos 166.000 educadores que dejaron las aulas, 59 % lo hizo por los bajos salarios y las deficientes condiciones laborales, mientras que 41 %  emigró buscando nuevas oportunidades. Para octubre de 2024, el mandatario Nicolás Maduro reconoce que la educación venezolana tiene un déficit de 200.000 docentes, lo que evidencia que la deserción de educadores subió a 30 %.

2019 | Falta de inversión a la educación

El Ministerio de Educación perdió peso dentro del Presupuesto de la Nación al pasar de 17,92 % en el 2017 (el primer lugar en el presupuesto nacional) a solo 4,35 % en 2019 (tercer lugar en el presupuesto). En dos años se dejó de invertir en la educación venezolana 391,5 millones de dólares, según informe realizado por el Centro para el Desarrollo Económico (Cende), entre 2017 y 2019).

Este estudio también demuestra que la caída de la inversión del Producto Interno Bruto (PIB) por alumno fue escandalosa: Venezuela pasó de destinar $1.721 anuales por alumno en 2015, a menos de $80 al cierre de 2019 (2 % del PIB).

2021 | Escuelas sin servicios

86 % de las escuelas venezolanas reportaron una falta aguda de acceso a Internet; 70 % tiene problemas de electricidad y 57 % deficiencias en el suministro de agua. Además carecen de servicios de salud, laboratorios, salas multiusos, auditorios y bibliotecas, según el informe (Diagnóstico Educativo Venezolano 2021).

2021 | Pago de salarios
por el Sistema Patria

La Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) anuncia que los pagos de sueldos y salarios del personal de las universidades, potestad de los departamentos de administración de estas instituciones, se harían a través Sistema Patria. Una decisión rechazada por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (Cidh) porque atenta contra la autonomía universitaria, los contratos colectivos y los derechos laborales.

2022 | Un salario mermado
por la inflación

El último aumento salarial en Venezuela fue realizado el 15 de marzo de 2022, cuando pasó a 130 bolívares mensuales, que para ese momento eran $30 (para el 25 de noviembre de 2024, $2,80, según la tasa oficial del Banco Central de Venezuela).

El sector educativo junto a la administración pública tiene más de 960 días sin incremento salarial, situación que viola el artículo 91 de la Constitución Bolivariana que establece que el salario mínimo debe ser igual a la Canasta Básica que, para el mes de agosto de 2024, se ubicó en $539,16.

2022 | Horario Mosaico

El Horario Mosaico se comenzó a aplicar en el año 2022 como una respuesta del Gobierno nacional a los bajos salarios que pagaban a los educadores. El ministerio sugirió la idea de que los maestros se ausentaran de los centros de enseñanza dos o tres días a la semana, para que el resto de los días pudieran trabajar en otras actividades. Los educadores comenzaron a rebuscarse con la repostería, la peluquería y las tareas dirigidas, entre otras actividades.

2023 | Rezago escolar
e inasistencias

Entre 30 % y 50 % de los niños y adolescentes cursa un grado menor al que le corresponde por su edad, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2023. Hay revelaciones tremendas: el 18 % de los adolescentes masculinos muestra rezago severo, es decir, tienen dos o más años de retraso.

La investigación también demuestra que 2,6 millones de los alumnos escolarizados, entre 3 y 17 años de edad, faltan algunos días a clases (40 % de la matrícula escolar del país).

2024 | Piden a jubilados
volver a las aulas

El 8 de octubre de este año, el recién nombrado ministro de Educación, Héctor Rodríguez (10 de septiembre de 2024), firmó una resolución en la que invitó a los maestros jubilados a reincorporarse a las aulas. Según la FVM y la Universidad Católica Andrés Bello se necesitan 250.000 maestros para cubrir las aulas de todos los niveles.

2014 - 2024

10 años de notas
en rojo

Ante el deterioro de la educación en Venezuela, padres y maestros han debido ingeniárselas para ocuparse de la formación de los niños; la Red Descargando Futuro es ejemplo de ello. Las líneas que siguen resumen los últimos 10 años de las materias aplazadas y pendientes del Gobierno nacional con los estudiantes, maestros y profesores venezolanos

2014 | Bajos salarios
de los docentes

Luego de un año de haber asumido el poder (2013), Nicolás Maduro sigue en deuda con los docentes venezolanos. El salario mínimo se ubicaba en 4.251 bolívares, mientras que la canasta básica familiar se ubicaba en 15.919,76 bolívares

Con el paso de los años y más de 35 aumentos salariales, el sueldo mínimo ha subido y bajado, pero no ha superado los 100 dólares, según revela el gráfico de Cedice en su trabajo Salarios en Venezuela, el trabajo peor pagado del mundo.

2015 | Opacidad informativa

Raquel Figueroa, coordinadora nacional de la Unidad Democrática del Sector Educativo, aseguró a El Pitazo que la última Memoria y Cuenta a la que tuvo acceso el gremio fue la de 2015. Los últimos nueve años siguientes se caracterizaron por la opacidad informativa y la falta de diagnóstico para aplicar mejores políticas educativas. 

2017 | Modificación
de los planes de estudio

«Los diseños curriculares propuestos para la educación básica y media en los últimos 25 años son elaborados bajo el sesgo ideológico», según cuestionó el académico Tulio Ramírez. 

Los docentes rechazan que los cambios en los planes de estudio se realicen sin revisión, sin sustento académico y sin compartir los datos recogidos, como sucedió en 2017, cuando el ministro de Educación, Elías Jaua, intentó ampliar a 14 áreas de formación y agregar dos horas de estudio en bachillerato. Al poco tiempo este proyecto fue suspendido por sus deficiencias. Seis años después, en el año escolar 2023 - 2024, el Ministerio de Educación impuso un nuevo currículum académico que crea el Bachillerato Ciencia y Tecnología, una medida que incluye la especialización técnica en algún oficio. 

Este año cierra con una inflación anual de 862,6 %, según el BCV. El empobrecimiento de los trabajadores de la educación fue evidente. Para 2022 la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela afirmaba que 44 % de los docentes trabajaba en otro oficio o había migrado. Más recientemente, en octubre de 2024, la Federación Venezolana de Maestros (FVM) revela que entre los años 2015 y 2024, alrededor de 1.000 educadores se han marchado del país o han cambiado de oficio.

2018 | Migración de educadores

Entre 2018 y 2021, Venezuela perdió alrededor de 166.000 maestros, lo que representa 25 % de la plantilla registrada para 2018 cuando contaba con 669.000 profesionales. Según reveló el estudio Diagnóstico Educativo Venezolano 2021, realizado por las firmas Anova Policy Research, Devtech Systems y la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), actualmente 503.000 educadores integran el sistema educativo venezolano.

De esos 166.000 educadores que dejaron las aulas, 59 % lo hizo por los bajos salarios y las deficientes condiciones laborales, mientras que 41 %  emigró buscando nuevas oportunidades. Para octubre de 2024, el mandatario Nicolás Maduro reconoce que la educación venezolana tiene un déficit de 200.000 docentes, lo que evidencia que la deserción de educadores subió a 30 %.

2019 | Falta de inversión a la educación

El Ministerio de Educación perdió peso dentro del Presupuesto de la Nación al pasar de 17,92 % en el 2017 (el primer lugar en el presupuesto nacional) a solo 4,35 % en 2019 (tercer lugar en el presupuesto). En dos años se dejó de invertir en la educación venezolana 391,5 millones de dólares, según informe realizado por el Centro para el Desarrollo Económico (Cende) entre 2017 y 2019).

Este estudio también demuestra que la caída de la inversión del Producto Interno Bruto (PIB) por alumno fue escandalosa: Venezuela pasó de destinar 1.721 $ anuales por alumno en 2015, a menos de 80 $ al cierre de 2019 (2 % del PIB).

2021 | Escuelas sin servicios

86 % de las escuelas venezolanas reportaron una falta aguda de acceso a Internet; 70 % tiene problemas de electricidad y 57 % deficiencias en el suministro de agua. Además carecen de servicios de salud, laboratorios, salas multiusos, auditorios y bibliotecas, según el informe (Diagnóstico Educativo Venezolano 2021)

2021 | Pago de salarios
por el Sistema Patria

La Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) anuncia que los pagos de sueldos y salarios del personal de las universidades, potestad de los departamentos de administración de estas instituciones, se harían a través Sistema Patria. Una decisión rechazada por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (Cidh) porque atenta contra la autonomía universitaria, los contratos colectivos y los derechos laborales.

2022 | Un salario mermado
por la inflación

El último aumento salarial en Venezuela fue realizado el 15 de marzo de 2022, cuando pasó a 130 bolívares mensuales, que para ese momento eran 30 dólares (para el 25 de noviembre de 2024, 2,80 dólares, según la tasa oficial del Banco Central de Venezuela).

El sector educativo junto a la administración pública tiene más de 960 días sin incremento salarial, situación que viola el artículo 91 de la Constitución Bolivariana que establece que el salario mínimo debe ser igual a la Canasta Básica que, para el mes de agosto de 2024, se ubicó en 539,16 dólares.

2022 | Horario Mosaico

El Horario Mosaico se comenzó a aplicar en el año 2022 como una respuesta del Gobierno nacional a los bajos salarios que pagaban a los educadores. El ministerio sugirió la idea de que los maestros se ausentaran de los centros de enseñanza dos o tres días a la semana, para que el resto de los días pudieran trabajar en otras actividades. Los educadores comenzaron a rebuscarse con la repostería, la peluquería y las tareas dirigidas, entre otras actividades.

2023 | Rezago escolar
e inasistencias

Entre 30 % y 50 % de los niños y adolescentes cursa un grado menor al que le corresponde por su edad, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2023. Hay revelaciones tremendas: el 18 % de los adolescentes masculinos muestra rezago severo, es decir, tienen dos o más años de retraso.

La investigación también demuestra que 2,6 millones de los alumnos escolarizados, entre 3 y 17 años de edad, faltan algunos días a clases (40 % de la matrícula escolar del país).

2024 | Piden a jubilados
volver a las aulas

El 8 de octubre de este año, el recién nombrado ministro de Educación, Héctor Rodríguez (10 de septiembre de 2024), firmó una resolución en la que invitó a los maestros jubilados a reincorporarse a las aulas. Según la FVM y la Universidad Católica Andrés Bello se necesitan 250.000 maestros para cubrir las aulas de todos los niveles.